ESTRÉS EN LA MUJER TRABAJADORA

Se ha demostrado que las enfermedades del sistema músculo-esquelético y cardiovascular, rela cionadas muchas veces con problemas de salud mental como la ansiedad y la depresión provocada por estrés, son importantes motivos de bajas en el colectivo femenino.

Desde que en 1946 en la carta constitutiva de Naciones Unidas se afirmó el principio de no discriminación, proclamando la igualdad de derechos y de oportunidades entre hombres y mujeres, se han sucedido numerosas actuaciones, políticas y normas que han tenido por objeto tratar cuestiones sobre las condiciones de trabajo y la calidad de vida laboral, tanto para hombres como para mujeres. La doctrina científica más moderna pone reiteradamente de manifiesto que desde un concepto integral de salud tanto de mujeres como de hombres trabajadores, ésta va a depender de factores biológicos, psicológicos, sociológicos y ambientales.

Centrándonos exclusivamnte en el colectivo femenino, los riesgos de carátcer psicológico y el estrés ha sido objeto de investigaciones desde hace sólo diez años aproximadamente. Los estudios realizados por la doctora Frankenhaeuser y el doctor Lundberg, y los realizados por encargo de la OCDE, han puesto manifiesto que los factores psicológicos más importantes que provocan bajas por estrés en las mujeres inseguridad, la pérdida de control, la ansiedad, la angustia, el dolor, el desamparo y la impotencia.

También se ha demostrado que mientras los hombres muestran en general una alta correlación entre el estrés en el trabajo y la respuesta biológica al mismo, entre las mujeres las respuestas psicofisiológicas del trabajo están estrechamente ligadas con sus respuestas al estrés posterior al trabajo. Es decir, el que produce durante las horas que están en sus domicilios, lo cual ha servido para aclarar las causas de la correlación establecida estadísticamente entre: la realización de las horas extras y un elevado nivel de infarto de miocardio entre las mujeres, nivel que no se detectaba entre los hombres.

Por el contrario, a pesar de habese realizado escasos análisis sobre los efectos que produce en la salud pscofísica de las mujeres, la asuncón en exclusiva de los problemas relacionados con el cuidado de los hijos, en relación con la flexibilización de la jornada y sus cambios continuos, se encontró que se produjo un nivel de estrés en las trabajadoras madres de familia mucho más alto que el de los hombres, repercute indudablemente en su trabajo y en su salud.

Las investigaciones realizadas llevan a la conclusión, en función del género, de que el estrés en la mujer se encuenta modulado por: las exigencias de las demandas sociales, aumentadas por la discriminación laboral, la doble jornada ( trabajo externo al hogar compartido con el tabajo en casa), los trabajos " feminizados" con bajos niveles de autonomía, de posibilidad de control.

Como manifestación importante del estado de estrés aparece una alteración de la fases del sueño y de profundidad del descanso nocturno, provocando como consecuencia la sensación de cansancio matutino, la alteración del funcionamiento intestinal, del ritmo caríaco y en ocasiones incremento de la sensación de ansiedad y angustia, junto al incremento de contractura muscular y aumento de la sensación de dolor de espalda en las zonal cervical, dorsal y lumbar.

Por otra parte, existe una característica determinante del estrés en la mujer trabajadora y es el acoso sexual. La investigación nacional establece sin lugar a dudas que las mujeres tienen una mayor probabilidad qaue los hombrs de sugrir el acoso secual en el trabajo. No obstante, muchos de los estudios disponibles muestras que los hombres también pueden sugrir acoso sexual, auanque la envergadura del problema para ellos es sustancialmente menor. El acoso sexual es una de las experiencias más desagradantes y ofensivas qeu un empleada/o puede sufrir. A ñlps que son sus véctimas, a menudo les produce sentimeitnos de asco, aversión, cólera e impotencia. Perjudica la salud de las víctimas. Produce estrés físico y emocional y extremedades derivadas del estrés. Los que llegan a enfermar como consecuencia de esto, toman tiempo libre reduciendo así la eficiencia y grabvando con costes al empleador a través de la paga por enfermedades probablemente menor productividad y estarán menos motivados, viéndose de este modo afectadas tanto en cantidad como la calidad de su trabajo: esas son algunas de las formas con las que el acoso sexual puede tener un impacto directo en la rentabilidad.

Como conclusión, es importante introducir el análisis de genero, estudiar los riesgos propios de los trabajos de las mujeres y las desiguales sutuaciones individuales de los trabajadores en función de su entorno y su rol social, y tener en cuenta los efectos de las condiciones de trabajo y de su organización en la salud de los trabajadores, y como no, mantener una política coherente de prevención.

PROGRAMA EMPRESAS DE GETION DEL ESTRES ( Ana María Barrera Abad, psicóloga)