El Mundo
Ellas acuden más a la consulta del dermatólogo para someterse a revisiones sistemáticas de los lunares. Lo hacen, sobre todo, cuando tienen antecedentes familiares de cáncer de piel, si observan alguna lesión en la dermis o cuando les preocupa la exposición solar acumulada previamente. Así lo revela un artículo publicado en 'Archives of Dermatology'. Sin embargo, los hombres a partir de los 50 años, uno de los grupos de mayor riesgo, sólo van a hacerse el cribado dermatológico si han tenido un diagnóstico previo de cáncer de piel.
Por primera vez, un grupo de científicos ha analizado las razones que motivan a la población a acudir al especialista de la piel y su percepción sobre la eficacia de las revisiones. "Observamos que la mayoría de los pacientes percibía el 'screening' como una herramienta para reducir el riesgo de muerte(89,9%) por cáncer de piel y para prevenir dicho tumor (72,3%)". Además, continúan los investigadores de la Universidad de Pittsburh (Pensilvania, EEUU), "no había consenso entre los pacientes sobre la frecuencia con la que deberían realizarse estas revisiones". Los jóvenes pensaban que a los 18 años había que empezar a hacerse esta prueba, mientras que los pacientes mayores aseguraban que la edad de inicio eran los 50. Más del 45% de todos los participantes creía que no existían recomendaciones al respecto.
En principio, "el control de lunares en consulta deberían hacérselo, principalmente, aquellas personas con antecedentes familiares de melanoma, con dermatoheliosis (fotoenvejecimiento o piel dañada por la radiación ultravioleta), cuando hay un número elevado de lunares (más de 50) o cuando aparece una lesión pigmentaria nueva a partir de los 40", señala Emilio Suárez, jefe de Dermatología del Hospital Universitario Puerta de Hierro (Majadahonda, Madrid). Y añade: "La frecuencia depende de cada caso, pero en general, una vez al año".
De las 487 personas que participaron en este estudio, el 80,6% estaba interesado en esta revisión a pesar de no haberse observado ninguna lesión particular en la piel. El resto sí tenía ciertas sospechas sobre algún lunar de su piel. En general, según las conclusiones de la investigación, las mujeres se mostraban más preocupadas que los hombres, bien por su historial familiar o por la exposición solar acumulada, y los jóvenes tenían más en cuenta sus antecedentes de melanoma que aquellos que superaban los 50 años.
De hecho, los hombres a partir de esta edad constituyen un grupo de alto riesgo de melanoma, "sobre todo si han trabajado o lo hacen al aire libre", puntualiza el doctor Suárez. Sin embargo, tal y como subrayan los investigadores, sólo acuden a estas revisiones si previamente les han diagnosticado cáncer de piel. "La mujer está más concienciada con la prevención, el varón medio español no está tan mentalizado y, por lo tanto, se despreocupa más", aclara el dermatólogo.
Este estudio demuestra la "gran necesidad" que hay de desarrollar mejores campañas con recomendaciones específicas para aquellos que deberían someterse a revisiones sistemáticas de lunares y, sin embargo, no lo hacen", concluyen los expertos. No hay que olvidar, recuerdan, que a más detección precoz, mayores tasas de supervivencia.
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