No podía ser de otra forma. Los hogares españoles han ido recortando sus gastos desde el comienzo de la crisis, tratando de desviar el presupuesto de lo más prescindible hacia la alimentación. El sector del gran consumo había resistido con mayor fortaleza los ataques de la recesión, pero ha terminado cediendo puesto que el recorte del gasto de las familias españolas ha llegado ya hasta la alimentación.
Compramos menos cantidad y buscamos el precio más barato. Así lo recoge un estudio de Kantar Worldpanel, que señala que las familias han reducido a partir del segundo trimestre del año las compras de productos de alimentación, sobre todo de alimentos frescos perecederos.
Estos representan un 47,5% del gasto de las familias en alimentación y han caído un 3,3% en valor (precio) y un 4,3% en volumen (cantidad). Por su parte, la alimentación envasada pierde un 2,1% en valor y se mantiene estable (-0,3%) en volumen. El estudio también constata que la marca blanca sigue haciéndose fuerte en la cesta de la compra.
Los españoles somos 'carnívoros'
Comenzamos a recortar el gasto en alimentos frescos, que es lo que más consumimos a lo largo del año. Según el anuario de Mercasa, cada español se gasta 336 euros al año en carne (consume 50,6 kilos). El pescado es el segundo alimento más consumido, con 27,8 kilos al año y un gasto de 198 euros.
Los limones, las cebollas y las naranjas fueron los alimentos que más se encarecieron en septiembre respecto al mismo mes de 2009. Su precio subió entre un 13,7% y un 30,4%, según el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio. Las patatas se encarecieron un 10,42%.
La subida de precio en el último año no se refleja sólo en frutas y productos de la huerta. La bacaladilla cuesta ahora un 8% más que en septiembre de 2009 y el salmón, un 7,75%. Por contra, en el mismo periodo se abarataron las judías verdes un 7,8%, la carne de pollo fresca un 7,33% y las peras de agua un 4,36%. En menor medida también bajó el conejo de granja (un 3,8%).
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